Archivo mensual: diciembre 2011

Tenías que ser tú *

Fuente: decine21.com

Tenías que ser tú calificación Regular

Año de producción: 2010

País: EE.UU., Irlanda

Dirección: Anand Tucker

Intérpretes: Amy Adams, Matthew Goode, Adam Scott, John Lithgow, Peter O’Meara, Michael J. Reynolds, Mali Harries, Kaitlin Olson, Tony Rohr, Maggie McCarthy

Guión: Simon Beaufoy, Harry Elfont, Deborah Kaplan

Música: Randy Edelman

Fotografía: Newton Thomas Sigel

Duración: 100 min.

Público apropiado: Jóvenes

Género: Comedia, Romántico

Contenidos: Acción 0, Amor 3, Lágrimas 1, Risas 2, Sexo 0, Violencia 0 [de 0 a 4]

Anna es una mujer hiperordenada de Boston, a la que le gusta mantener el control. Está muy satisfecha de su noviazgo con el cardiólogo Jeremy, aunque se hace esperar su petición de matrimonio. De modo que decide acelerar las cosas viajando a Dublín, pues existe allí la tradición de que el 29 de febrero, los años bisiestos, es la mujer quien se declara a su futuro marido; y Jeremy tiene un congreso en esa ciudad. La cosa no va a ser tan fácil, pues las inclemencias del tiempo alargan su viaje, hasta el punto de que va a parar a un pueblecito en la Irlanda profunda. Allí conoce al tosco Declan, que lleva el pub del lugar, y ejerce de taxista. Los caracteres de ambos chocan, pero Anna no tiene más remedio que aceptar sus servicios para llegar junto a su amado. Aunque puede que las flechas de Cupido estén apuntando en otra dirección.

Simpática comedia romántica, tiene una premisa original, unas cuantas situaciones divertidas, y sabe sacar todo el partido a los magníficos paisajes de la verde Irlanda, incluida la isla de Arán. Para ciertos paladares resultará demasiado acaramelada, y le cuesta rematar, pero el esquema de guerra de sexos funciona, en gran medida gracias a esa estupenda actriz llamada Amy Adams, y a un Matthew Goode que le sigue el paso; seguramente su modelo no confeso es El hombre tranquilo, y aunque no se alcanza ese nivel de compenetración entre Maureen O’Hara y John Wayne, hay química entre la pareja protagonista. También funcionan los secundarios, el novio, Adam Scott, y los divertidos lugareños. Es de agradecer la ausencia de detalles zafios, algo no tan frecuente en los tiempos que corren.


Super 8

Fuente: decine21.com

Super 8 calificación Buena

Año de producción: 2011

País: EE.UU.

Dirección: J.J. Abrams

Intérpretes: Joel Courtney, Elle Fanning, Riley Griffiths, Kyle Chandler, Ron Eldard, Gabriel Basso, Zach Mills, Ryan Lee, Noah Emmerich, Amanda Michalka

Guión: J.J. Abrams

Música: Michael Giacchino

Fotografía: Larry Fong

Duración: 112 min.

Público apropiado: Jóvenes

Género: Acción, Aventuras, Ciencia ficción, Drama

Contenidos: Acción 3, Amor 2, Lágrimas 1, Risas 1, Sexo 0, Violencia 0 [de 0 a 4]

 

Verano de 1979 en un pueblecito de Ohio. Un grupo de chavales rueda una película casera de zombies con una cámara de Super 8. Joe, todo un manitas haciendo maquetas y pintando figuritas, se ocupa del sonido y los efectos especiales. Cuando su amigo Charles, el director, ficha a Alice como actriz, se pone más que contento, pues se ha enamorado de ella, es sin duda su primer amor. Una noche en que se encuentran en pleno rodaje tiene lugar un terrible accidente, que requiere la intervención del ejército. Éstos prácticamente toman el pueblo y actúan con gran secretismo, manteniendo desinformada a la policía local.

Nostálgica película sobre la adolescencia, cuyo tono recuerda a títulos como Cuenta conmigo y Los goonies. La idea de abordar los rodajes caseros de películas por avispados chavales remite a la propia experiencia amateur del director y guionista, J.J. Abrams, y el productor, Steven Spielberg, y habla con cierta añoranza de una época en que los chicos eran quizá más creativos y tenían más iniciativa que en la actualidad.

La trama contiene muchos de los temas clave del cine de Spielberg en los 80, lo que explica de sobras su apadrinamiento del film: familias desestructuradas en que el padre no logra conectar con el hijo, camaradería entre adolescentes y las inevitables rencillas, la fe propia de la infancia y el ingreso en la vida adulta, el anhelo de grandes amistades, la apertura al misterio, cierto sentido del humor… Hay menciones muy claras a muchos de sus filmes. El monstruo que no se deja ver gran parte del metraje remite a Tiburón y Encuentros en la tercera fase -Abrams trató el tema también en la serie Perdidos-, seres venidos del espacio aluden a E.T., el extraterrestre y Encuentros…, el asedio de la extraña criatura recuerda a los dinosaurios de El mundo perdido: Parque Jurásico 2.

Cabe la duda de dónde termina la obra personal de Abrams y empieza el homenaje a su mentor Spielberg. Hay elementos típicos de las series de Abrams, trabajos más personales que sus incursiones al cine de Misión imposible III y Star Trek, pero está claro que la mirada a la infancia y adolescencia es un tema novedoso, no le conocíamos esa veta de la nostalgia de la que Spielberg sí dio en su momento muestras sobradas. Donde sí hay señas reconocibles es en su habilidad para combinar historias trepidantes e intrigantes con la creación de personajes que arrastran como pueden sus dramas personales. El reparto, actores jóvenes y adultos bastante desconocidos, están muy bien en sus respectivos papeles.

 


Los tres tenores en Navidad

Los Tres Tenores es el nombre dado a los cantantes Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo; quienes ofrecieron juntos una serie de conciertos entre 1990 y comienzos del siglo XXI. El repertorio de los tres tenores comprendió desde óperas y obras de Broadway hasta canciones napolitanas y éxitos pop.

«Creo que nosotros fuimos los principales responsables de que la ópera comenzara a llegar a un público más vasto. Esto es innegable, y esto es fundamental para la vida de la ópera».(José Carreras)

Los conciertos tuvieron un gran éxito comercial e introdujeron la ópera a un público más amplio, aunque contaron con la crítica de algunos puristas. Se grabaron los discos Carreras-Domingo-Pavarotti: Los tres tenores en concierto (el cual ostenta el Récord Mundial Guiness para el disco de música clásica más vendido), Los tres tenores en concierto 1994, Los tres tenores: París 1998, Los tres tenores en navidad y Lo mejor de los tres tenores.


Sin retorno

Fuente: decine21.com

Sin retorno calificación Buena

Año de producción: 2010

País: Argentina, España

Dirección: Miguel Cohan

Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Martin Slipak, Bárbara Goenaga, Luis Machín, Ana Celentano, Arturo Goetz, Agustín Vásquez, Federico Luppi, Felipe Villanueva, Rocío Muñoz

Guión: Miguel Cohan, Ana Cohan

Música: Lucio Godoy

Fotografía: Hugo Colace

Distribuye en Cine: Altafilms

Duración: 107 min.

Público apropiado: Jóvenes

Género: Drama, Thriller

Contenidos: Acción 1, Amor 2, Lágrimas 2, Risas 0, Sexo 0, Violencia 0 [de 0 a 4]

 

Una infausta noche el joven Matías atropella a un hombre y se da a la fuga. El padre de la víctima arma un revuelo en los medios de comunicación, acusa a la justicia de no dedicar la atención debida al caso. Fede, humorista ventrilocuo de profesión, tiene la mala suerte de que varias pruebas circunstanciales le incriminan en el atropello.

Sólido debut en la dirección del argentino Miguel Cohan, que firma con su hermana Ana Cohan el guión de este drama con formato de thriller. Sabiamente orquestada, la narración tiene el mérito de ser creíble, y de construir psicológicamente bien a los personajes, con sus dudas y temores. Ello para plantear cuestiones de entidad, como las relaciones de padres e hijos, el sentido de culpa y la responsabilidad personal, los deseos entreverados de justicia y venganza.

Los Cohan huyen de efectismos baratos, y tienen el mérito de evitar que la historia se desinfle, el final es poderoso. Su guión está construido sobre un hecho fatal, y el efecto «bola de nieve» que sigue a una mentira, a la que sigue otra, de modo que una familia -los padres y un hijo-, viven en un continuo estado de miedo, con la falsa esperanza de que podrán echar tierra sobre algo que están haciendo objetivamente mal. La mentada «bola de nieve», además, no sólo afecta a esa familia, sino a la de la víctima y a la del falso culpable. Realmente el film es un ejemplo gráfico de que la mentira no nos hace libres. Y sabe pintar dramas personales junto a una mirada crítica a un sistema legal que, para enseñar resultados a la opinión pública y justificarse, no hace bien su trabajo.

El reparto del film está muy bien escogido. Leonardo Sbaraglia asume bien la transformación de Fede, mientras que Martín Slipak da el tipo de joven cobarde y con mala conciencia, Federico Luppi el de errado padre coraje, Luis Machín y Ana Celentano el de padres protectores, y Bárbara Goenaga el de esposa sufriente.


El origen del planeta de los simios

Fuente: decine21.com

El origen del Planeta de los Simios calificación Buena

Año de producción: 2011

País: EE.UU.

Dirección: Rupert Wyatt

Intérpretes: James Franco, Tom Felton, Andy Serkis, Brian Cox, Freida Pinto, John Lithgow

Argumento: Pierre Boulle (inspirado por la novela «El planeta de los simios»)

Guión: Rick Jaffa, Amanda Silver

Música: Patrick Doyle

Fotografía: Andrew Lesnie

Público apropiado: Jóvenes

Género: Acción, Ciencia ficción

Contenidos: Acción 3, Amor 2, Lágrimas 1, Risas 0, Sexo 0, Violencia 1 [de 0 a 4]

 

Tras el éxito de El planeta de los simios (1968) se rodaron inmediatamente las continuaciones. La cuarta de las cinco entregas, La rebelión de los simios, era una impactante precuela que mostraba la relación entre un humano y el simio Cesar, al que había rescatado de un circo, y que se convertiría en cabecilla de los de su especie, hasta entonces oprimidos por el hombre. Ahora, el británico Rupert Wyatt -que obtuvo cierta notoriedad con el film carcelario de fugas The Escapist- dirige esta versión libre de aquella cinta, que aunque parte de un punto de partida similar, y gira en torno al mismo mono, Cesar, tiene un guión completamente diferente.

Will Rodman es un apasionado científico que experimenta con simios medicamentos que podrían acabar con el alzheimer y las enfermedades neuronales. En concreto, una hembra a la que llama Ojos Claros desarrolla tras ser tratada un enorme coeficiente intelectual en poco tiempo, pero finalmente por un efecto inesperado, el animal se vuelve violento y debe ser abatido a tiros. La empresa decide sacrificar a todos los primates, pero Rodman se lleva en secreto al hijo de Ojos Claros, al que llamará Cesar, y que con el tiempo desarrolla sus neuronas de forma sorprendente. Al mismo tiempo, el científico se plantea inyectar el fármaco a su padre, cada vez más afectado por la demencia senil.

Uno de los grandes aciertos del guión del matrimonio formado por Rick Jaffa y Amanda Silver, autores de The Relic, es que está pensado para que lo disfruten quienes desconozcan por completo los precedentes fílmicos, pero también está lleno de referencias para los apasionados. Por ejemplo, la madre del protagonista se llama Ojos Claros, como apodaban al personaje de Charlton Heston en el film original, la televisión da cuenta del despegue de una astronave llamada Icarus, como la de aquella película, y un simio llamado Franklin posiblemente aluda al director de la misma, el gran Franklin J. Schaffner.

El tal Rupert Wyatt logra el suficiente dinamismo y una gran espectacularidad, y su film remite a clásicos como Frankenstein y otros relatos sobre los límites de la ciencia y de científicos de buenas intenciones cuyos experimentos pueden llevar al desastre.

El punto fuerte son unos asombrosos efectos especiales, que superan lo visto hasta el momento. Los simios parecen de verdad, y realizan movimientos asombrosos con gran fotorrealismo. Gracias a la tecnología de captura de imagen, el actor Andy Serkis -que con esta misma técnica dio vida al inolvidable Gollum y a King Kong- consigue darle una gran humanidad al simio Cesar, que como el científico tiene una loable motivación -salvar a los suyos-, aunque esto deriva en tragedia. Cuando el simio interactúa con el siempre brillante James Franco dan lugar a las mejores interacciones entre un humano y un personaje creado por ordenador que se hayan visto en el cine, algunas con una inusitada tensión dramática.